

Una pequeña casa de Gazcue albergó un potencial que deparó en un colegio, un instituto tecnológico pionero y una universidad… y todo salió de sus manos.
Por: Raisa Pimentel Mendoza
Fotos: Miguel Rivera Banks
SANTO DOMINGO.- Probablemente pocos estudiantes de las más de 40 promociones de CENTU imaginan que el gran complejo educativo que les alberga al día de hoy se reducía a una pequeña casa de dos niveles.
Repasar la historia de esta institución es viajar a través del esfuerzo y la perseverancia de Ramona Reynoso, cariñosamente Doña Cielo, quien nos abrió un espacio en medio de todo lo que trae el día a día de la Presidenta del Grupo CENTU.
#DELAREVISTAIMPRESA
A temprana edad, Cielo decidió cambiar el rumbo de sus aspiraciones profesionales y concentrarse en la que define como su pasión: la educación. Con 12 años, la empresaria emigró a Estados Unidos junto a sus padres, donde realizó sus estudios medios y superiores.
Luego de obtener el grado en Mercadotecnia, la empresaria incursionó en los negocios con una agencia de viajes, siguiendo la tradición de sus padres. La empresa le permitió estar en contacto directo con la diáspora dominicana radicada en la urbe y establecer un espacio de formación en servicio al cliente.
La experiencia anterior fue el caldo de cultivo para lo que conocemos hoy. De regreso al país, Cielo decide abrir un instituto con oferta inicial de cursos de informática para equipos mainframe.
Para Reynoso fue todo un reto sacar adelante su proyecto. Apunta que: “Al principio fue una lucha subir esto porque en el local había otro instituto que al parecer dejó muchos problemas y deudas. Los cobradores llegaban a reclamarme por cheques sin fondo. En una ocasión, me hicieron hasta un embargo y se llevaron todo lo que tenía.”
Aun con todo lo anterior, Reynoso siguió adelante y, con mucho trabajo y dedicación, logró comenzar de nuevo. Para fortalecer y expandir la institución en su momento tuvo que asumir diversos roles: desde secretaria, hasta contable y promotora del proyecto. Sin embargo, Cielo resalta el valor de haberse rodeado siempre de un equipo que posea metas comunes y trabaje para alcanzarlas.

Cielo Reynoso resalta el valor de haberse rodeado siempre de un equipo que posea metas comunes.
CAPACITACIÓN.- Junto a la informática, CENTU incorporó clases de secretariado, contabilidad e idiomas. En el 2004, el centro se convierte en el Instituto Superior de Tecnología Universal (INSUTEC), avalado por el MESCyT para impartir dos programas a nivel técnico superior en tecnologías. En el 2007 se realiza la fusión con la Universidad Nacional Tecnológica (UNNATEC), la cual se traslada a las instalaciones de la calle Doctor Delgado para, junto a los cursos técnicos, impartir Licenciaturas y Diplomados en las áreas de negocios y tecnología.
Más allá de lo que pueda pensarse, la empresaria dominicana reconoce que ser mujer no fue una barrera para hacer frente a los retos que han surgido a través de los años. De la mano del trabajo en equipo, ha sido determinante identificar las necesidades del mercado dominicano, presentar una oferta educativa integral y tener la calidad como Norte.
Oriunda de La Vega, Reynoso resalta lo determinante que ha sido el apoyo de su familia en el proceso evolutivo de la institución. Se refiere con orgullo al legado de sus padres y se reconoce hija de una gran mujer: “Reyneria Lérida. De ella heredé su espíritu, emprendedurismo y dedicación al trabajo.”
Cielo resalta el valor de haberse rodeado siempre de un equipo que posea metas comunes y trabaje para alcanzarlas.
Su sonrisa resalta aun más cuando se refiere a las fotografías de sus hijos y nietos que figuran en la oficina, y reconoce que la relación familiar ha sido su otra gran empresa.
Aun cuando ser mujer nunca ha implicado limitantes en su trayectoria empresarial, Cielo admite que compaginar los compromisos laborales y familiares requiere un gran esfuerzo.
“Cuando uno tiene familia e hijos, es una lucha constante establecer un balance entre los compromisos laborales y personales. Sacar tiempo de calidad para ambas cosas ha sido un trabajo muy arduo”, asegura.
Partiendo de su propia experiencia, la directora de CENTU sostiene que es indispensable establecer un balance entre ambos aspectos, y ofrece el siguiente consejo a otras mujeres que enfrenten la situación: “Saber equilibrar entre el trabajo y la familia, pues esta última es la base de todo.”
PIONERO.- Entre la ingenuidad y la dicha, nos confiesa su sorpresa al ver hasta dónde ha llegado CENTU. “Nunca imaginé que iba a ser un instituto tan grande, líder y pionero en el país.” Para la empresaria dominicana es una satisfacción comprobar que ha logrado aportar a la formación de los recursos humanos que necesita la sociedad.
Con más de 40 promociones en su haber, Cielo es ya una institución en la labor educativa de República Dominicana, lo que le facilita tener una perspectiva clara acerca de la realidad del sistema educativo del país. Entiende que es significativo el trabajo que se está realizando en términos de construcción de planteles escolares, sin embargo, destaca la formación de los maestros y maestras como un esfuerzo indispensable.
Al momento de externar sus planes a futuro, Reynoso hace gala de su apodo. En lo concerniente a la empresa y oferta curricular de su institución, reconoce que su mayor enfoque está en fortalecer la universidad y expandir la disponibilidad de cursos semipresenciales y a distancia. Entre risas confiesa que en 10 años visualiza a sus hijos al frente de Centro. Por nuestra parte, la imaginamos junto a ellos continuando mano a mano una historia de empeño, entrega e innovación.