

Texto y fotos:
Manuela Lora/MS
(Reportaje publicado en nuestra revista impresa).

Pobladores de la zona desarrollaron pequeños negocios gastronómicos a orillas de la playa «Las Cuevas», en Pedernales.
PEDERNALES.- Un diamante en bruto; un paraíso a la espera de ser descubierto; el espacio que el mismo Dios creó para inspirarse y formar el planeta… No hay palabras perfectas para describir la belleza espectacular de Pedernales, y en específico la orilla de sus costas.
Pedernales es dueña en estos momentos de una promesa sobrecogedora.
A modo de alianza, reunión de fuerzas y aplicación de estrategias, el ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el de Turismo y el de Obras Públicas, siguiendo los lineamientos de un masterplan del Gobierno dominicano, buscan llevar a esta prodigiosa provincia hacia el desarrollo esperado por años.
Aunque este plan maestro incluye lugares puntuales de esta demarcación, como el Hoyo de Pelempito y la Laguna de Oviedo, con su hechizante color verde limón; la zona que llevará el mayor impacto ecoturístico será Bahía de las Águilas.
Este esplendoroso destino exige un delicado manejo frente a cualquier plan de desarrollo ecoturístico que allí se vaya a llevar a cabo, y es que forma parte del Parque Nacional Jaragua y del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de la República Dominicana.
La sensibilidad, honestidad y transparencia por parte de las instituciones involucradas son más que un simple requisito, la base sólida que garantizará la preservación de este pulmón natural de la isla de Santo Domingo, pero más que nada, la esperanza y el deseo de los habitantes de Pedernales de ver su provincia produciendo riqueza.

Playa virgen de Bahía de Las Águilas.

El azul aqua de sus orillas enamora a los visitantes.
AUTORIDADES.- En una visita realizada recientemente, el ministro de Medio Ambiente, Bautista Rojas Gómez, habló en detalle de las numerosas tareas que poco a poco, pero sin pausa, se estaban llevando a cabo para convertir a Bahía de las Águilas en una zona ecoturística de alto nivel, aclarando que la misma no se convertiría en una “zona franca turística”, sino que el ecoturismo del que allí se podría disfrutar era de un tono más exclusivo y exigente, aunque, muy enfocado a la preservación de los recursos naturales en el área en las que se desarrollarían.
Y no es para menos, los pedernalenses tendrán que ir de la mano junto a las autoridades para preservar sus manantiales de agua dulce, sus sistemas de dunas, manglares, bosques secos y enanos; su fauna cavernaria, especialmente las especies de murciélagos, reptiles y especies endémicas de mamíferos terrestres que allí pernoctan, sin dejar de mencionar sus praderas de hierbas marinas y sus fabulosos arrecifres coralinos. Además, tendrán que velar por la gran cantidad de arte rupestre y asentamientos ceramistas existentes en las cavernas, y proteger la población de tortugas y mamíferos marinos de su área protegida.
¿La gran tarea? La reforestación de las cuencas de los arroyos de esta provincia que producirán el agua necesaria para los desarrollos hoteleros que allí se construirán, y que queda en manos de las autoridades “poner manos a la obra”, ejecutando puntualmente los proyectos para que no haya que esperar una eternidad por los mismos, y así no vuelva a retrasarse el progreso de su laboriosa gente.
Estas son solo algunas notas tomadas de un extenso listado de deberes y promesas, de compromiso y consciencia social que tendrá que inyectarse en lo más profundo del alma de cada uno de los habitantes de esta provincia y de las autoridades para poder garantizar que el gran sueño de Pedernales se haga realidad a corto y largo plazo.
- Fauna y flora marina se resguardan en el paisaje de Pedernales.
- Bahía de Las Águilas es dueña de un paisaje sobrecogedor.
- La imagen esplendorosa de Bahía de las Águilas.